top of page

¿QUÉ HACER CON LAS MENTIRAS?


“Una mentira es como una bola de nieve: cuanto más tiempo se le hace rodar, más grande se vuelve.” Martín Lutero.

Todos los padres y madres desean que sus hij@s no les mientan nunca, que sean sinceros y les cuenten siempre la verdad. Pero esto no es tan sencillo como el hecho de decirlo. Para conseguir que los más pequeños sean sinceros hay que transmitirles y enseñarles ciertos hábitos desde pequeños y, por supuesto, darles ejemplo.

Por regla general, l@s niñ@s comienzan a mentir a partir de los 3 años. Mentir es una parte natural del desarrollo mental del niño. Además, con esta edad suelen confundir la realidad con la fantasía. Por eso, cuando juegan, crean un mundo casi tan real como la vida y les gusta hacer cuentos e inventar historias. Es partir de los 6 años cuando empiezan a tener mayor conciencia de la realidad, y se van dando cuenta de que, en algunas ocasiones, mintiendo consiguen ciertos beneficios. Es lo que se conoce como mentiras interesadas, que suelen usar para librarse de realizar las tareas del cole o quedar libre de alguna responsabilidad que queremos que asuma. Debemos hablar con ellos y explicarles la importancia y los beneficios de ser sinceros con los demás.

¿Cuáles son los motivos de l@s niñ@s para mentir?

Uno de los motivos más frecuentes por el que l@s niñ@s mienten es el miedo. Si cuando hacen algo mal, nuestra respuesta está descontrolada (con gritos, un enfado desorbitado,…) estaremos favoreciendo que nos mientan, porque los niños preverán nuestra reacción y la única manera de evitarla es mintiendo. De igual modo pasa cuando nos mienten para evitar un castigo. En nivel de exigencia de algunos padres y madres es tan elevado que los niños se ven abrumados e incapaces de cumplirlo. Esto les genera mucho nerviosismo y mienten con el objetivo de no defraudarnos y liberarse de esa tensión que causa la derrota. Por ejemplo, pueden mentir sobre su estado de salud, para evitar realizar un examen en el que cree que no va sacar la nota exigida por sus padres. Si ellos prevén (porque ya les ha ocurrido en otras ocasiones) que el castigo puede ser excesivamente grande, utilizarán la mentira para librarse de él.

Otro de los motivos frecuentes por lo que los niños mienten es porque obtienen beneficios de la mentira, como por ejemplo: decir que tengo muchos deberes para no hacer no se qué cosa que me has mandado, o al contrario, decir que no tengo deberes o que ya he acabado para poder ver la televisión lo antes posible.

En otras ocasiones l@s niñ@s mienten con el objetivo de obtener un reconocimiento y reforzar falsamente su autoestima. Los niños que mienten por este motivo suelen contar historias con gran énfasis para recibir mucha atención o de manera muy dramática para conseguir refuerzo y/o protección.

Y por último, pero no menos importante, las mentiras pueden provenir de la imitación de los adultos. Si nuestros hij@s ven que en casa se miente(por muy absurdas que nos parezcan a nosotros esas mentiras), ellos lo considerarán como algo normal, y reproducirán esa conducta.

¿Qué podemos hacer para evitar que mientan?

  • Sé modelo y di siempre la verdad. Ya sabemos que a veces es complicado ser del todo sinceros, pero debemos serlo sin dañar a los demás. Utiliza un modelo asertivo de comunicación.

  • Debemos explicar claramente las normas y lo que esperamos de ellos. De esta manera l@s hij@s comprenderán mejor la relación entre conducta y consecuencias.

  • Explícale la diferencia entre fantasía y realidad, y entre la verdad y la mentira. Para hacer esto puedes utilizar recursos audiovisuales, cuentos, dibujos, etc…

  • Crea un clima de confianza: debemos demostrar a los niños que pueden contarnos todo lo que les ocurra sin ser juzgados. Demuéstrales que es mejor decir la verdad que mentir. De esta manera, crecerán en un ambiente seguro y de confianza que le permitirá contarnos las cosas sin temor o con miedo a perder el amor de sus padres. Este punto no solo nos ayudará con las mentiras, si no que nos permitirá establecer una sólida base en nuestra relación con nuestro hijo.

¿Y si ya nos han mentido, qué hacemos?

Lo primero que tenemos que hacer es intentar averiguar el por qué de ese comportamiento. De esta manera podremos corregir aquello que le ha hecho mentir.

  • Actúa con calma. Debemos hablar con ellos en privado, y no en público. Evita etiquetarle “eres un niño muy mentiroso” o “no se puede confiar en ti”. Hay que explicarle de la forma más tranquila posible que con la mentira uno no consigue lo que se propone.

  • Comunica tu enfado. Dile que ese comportamiento no te gusta, pero a la vez exprésale que eso no quiere decir que no le quieras, simplemente que lo que ha hecho no te gusta.

  • Hazle reflexionar: preguntarle qué piensa que podría haber pasado si hubiera dicho la verdad. De esta manera se dará cuenta que hubiera sido mejor decir la verdad y asumir sus consecuencias que el hecho de mentir, ya que no solo no ha evitado las consecuencias, sino que por el contrario las ha podido empeorar.

  • Evita los interrogatorios. Hacerle mil preguntas con tono acusador no hará que el niño confíe en nosotros ni nos explique por qué lo ha hecho. Debemos preguntarle, pero con el objetivo de comprenderle, no de juzgarle. Si los niños sospechan que pueden perder nuestra aceptación o nuestro afecto no se sentirán cómodos para hablar sobre ello con nosotros.

  • Felicítale cuando diga la verdad: especialmente si el hecho de contarnos la verdad implica una consecuencia. Debemos felicitarle por su valentía y demostrarles que, a pesar de la mentira, seguimos confiando en él. Esto no quiere decir que no debamos actuar: ha hecho algo mal y debe tener una consecuencia ajustada a su acto.

bottom of page